Es el abrazo entre San Pedro y San Marcos. El Papa de la Iglesia copta-ortodoxa recibió así al Papa de la Iglesia católica. Tras unos minutos de encuentro en privado, ambos pronunciaron sendos discursos.
Teodoro II subrayó que la visita de Francisco a Egipto supone un paso importante en el camino de la fraternidad entre los pueblos y también entre ambas confesiones.
Francisco, que se referió a Teodoro II como 'hermano', centró su discurso en el diálogo ecuménico.
FRANCISCO
'Coptos ortodoxos y católicos podemos hablar cada vez más esta lengua común de la caridad: Antes de comenzar un proyecto para hacer el bien, sería hermoso preguntarnos si podemos hacerlo con nuestros hermanos y hermanas que comparten la fe en Jesús'.
Francisco subrayó además que este diálogo está impulsado por los santos y mártires de ambas Iglesias unidas por el 'ecumenismo de la sangre'.
FRANCISCO
'Cuántos mártires en esta tierra, desde los primeros siglos del cristianismo, han vivido la fe de manera heroica y hasta el final, prefiriendo derramar su sangre antes que renegar del Señor y ceder a las seducciones del mal o a la tentación de responder al mal con el mal'.
Después Francisco, que lucía una cruz pectoral copta, y Teodoro II firmaron una declaración conjunta en la que se comprometen a avanzar hacia la plena comunión y en la que, como signo de buena voluntad, establecen que una persona que quiera pasar de una a otra iglesia no tendrá que volver a bautizarse.
Tras el tradicional intercambio de regalos, ambos líderes caminaron en procesión hasta la iglesia para participar en una oración ecuménica.
En su oración, Francisco pidió a Dios por todos los cristianos.
FRANCISCO
'Señor Jesús te pido que nos bendigas, que bendigas a mi hermano el Papa Teodoro II, que bendigas a todos mis hermanos obispos que estamos aquí, que bendigas a todos mis hermanos cristianos y que nos lleves por el camino de la caridad y del trabajar juntos hacia la mesa de la Eucaristía. Amén'.
Al terminar, el Papa quiso rendir homenaje a las víctimas del atentado terrorista que tuvo lugar el 11 de diciembre de 2016, en el que murieron 29 personas y más de 30 resultaron heridas, y que fue perpetrado por un yihadista del ISIS. Todos juntos tuvieron un momento de oración frente a las fotografías de las víctimas y el Papa Francisco depositó un ramo de flores blancas y amarillas.