Benedicto XVI recibió una sorpresa bávara por su 90 cumpleaños. Le visitó el primer ministro de Baviera y le llevó una cesta con bretzels, los panes típicos de su tierra.
Pero además de los dulces, el Papa disfrutó unos minutos en la puerta de su casa de la música, los bailes y los trajes típicos de su tierra.
Y como buena fiesta alemana, no podía faltar el brindis con la cerveza.
BENEDICTO XVI
'Baviera es bella en la naturaleza; pero especialmente bella también por las torres de sus iglesias, por las casas con sus balcones llenos de flores, por la gente, que es buena. Es bella, porque se conoce a Dios, y se sabe que Él ha creado el mundo, que es justo, cuando le damos forma junto con Él. Os agradezco de todo corazón por esta presencia de Baviera, que me traéis. Una Baviera que está abierta al mundo, que es vivaz y alegre. Pero que puede serlo precisamente porque tiene en la fe su raíz y fundamento'.
Eso sí, Benedicto dijo que el mejor regalo fue poder pasar el día junto a su hermano Georg, de 93 años, que vino desde Regensburg para estar con él.