Francisco no pasó ni 12 horas en Milán. Fue un viaje breve pero intenso que comenzó aquí, en las Casas Blancas, un complejo de edificios de los años setenta con 477 viviendas. Son casas pequeñas en las que ahora habita una mezcla de personas ancianas con inmigrantes de diferentes nacionalidades.
En la Milán financiera, cuna del lujo y la moda, Francisco escogió este barrio popular para visitar a sus vecinos que le demostraron así su alegría al verlo llegar en papamóvil.
Francisco visitó dos de los apartamentos.
'Mamma mia. Santo, santo, santo. Nuestra tradición, damos leche y dátiles para los invitadosâ?.
Así fue recibido en casa de esta familia musulmana. Karem, su esposa Hanene y sus tres hijos demostraron toda su hospitalidad con Francisco al que hicieron varios regalos.
'Eres bueno, ¿eh?â?
'Graciasâ?.
'Eres bueno. Graciasâ?.
'Están los 99 nombresâ?.
'El nombre de Dios. El de Dios Todopoderoso...â?.
'Todos los adjetivosâ?
'Es un regalo de mi familia para ustedâ?.
Tras las correspondientes fotos oficiales y los regalos que les entregó el Papa, no podía faltar el tradicional selfie.
Francisco atravesó uno de los pasillos entre vítores y muestras de cariño y así llegó hasta la casa de la familia Oneta. Le esperó Nuccio pero Adele, su esposa, no pudo recibirlo en su casa porque estaba hospitalizada. Aunque eso no fue ningún obstáculo para recibir la bendición de Francisco.
'¿Señora Adele? Buenos días. ¿Cómo está?, ¿cómo se siente? No muy bien. Son los achaques, ¿eh? Hace falta reírse de los achaques y seguir adelante, ¿eh? Que el Señor... Eso es... Y ofrecer al Señor los dolores, ¿eh? Le doy la bendición, ¿eh?, ¿le doy la bendición?, ¿eh? Que la bendiga Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y rece por mí, por favor. No se olvide, ¿eh? Un abrazo, un abrazo. Graciasâ?.
Repitió foto oficial en esta casa y prosiguió su visita en Milán después de haber dejado un recuerdo imborrable en este barrio de la periferia de la ciudad.
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