Los presos de la cárcel de San Vittore recuerdan con emoción que el Papa les hizo olvidar durante unos minutos dónde estaban.
Francisco fue saludando a todos uno por uno y les dijo que para él ellos son hermanos. La ilusión se palpaba en el ambiente. Los encarcelados recibieron al Papa con aplausos...
...con más aplausos.
y con muchos más aplausos.
Tanto es así que Francisco, antes de sentarse a la mesa para comer, dijo esto.
'Yo podría decir: muchos aplausos, muchos aplausos pero después no nos dan de comerâ?.
'El Señor bendiga a todos, bendiga este almuerzo, a quienes lo han preparado, a nuestras familias y dé paz a nuestro corazón. Amén. Que aprovecheâ?.
Francisco almorzó junto a 100 detenidos, sin ningún régimen especial. Comió lo mismo que ellos: pasta, no podía ser de otra forma en Italia.
En total pasó tres horas con ellos y hasta pudo echar una cabezada en la habitación del capellán.
JRB
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