El Papa mantuvo un encuentro con Paul Kagame, presidente de Ruanda. Se saludaron con este apretón de manos.
'Santo Padre. Encantado de conocerlo'.
El Papa le explicó por qué la prensa estaba presente.
'Ahora las fotos protocolarias'
Como es habitual en las visitas de gobernantes, la Santa Sede explicó a posteriori el contenido de las reuniones. El Papa manifestó su dolor por el genocidio cometido contra los Tutsis y pidió perdón por los 'pecados y las faltas de la Iglesia y sus miembros entre los cuales muchos sacerdotes, religiosos y religiosas han cedido al odio y la violencia traicionando la propia misión evangélica'.
De hecho, muchos de ellos fueron juzgados por su participación en el genocidio tanto por los tribunales de Ruanda, como por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda o por los tribunales belgas. Algunos fueron condenados, otros quedaron absueltos. También la Iglesia ruandesa pidió perdón el pasado noviembre a través de una carta firmada por los nueve obispos del país.
En el turno de regalos, el mandatario dio al Papa un cetro tribal. Francisco, por su parte, le entregó un medallón con la inscripción 'el desierto se convertirá en un jardín'.
'Me gusta regalar esto a los jefes de Estado'.
También le obsequió con los tres documentos de su pontificado: Amoris Laetitia, Evangelii Gaudium y Laudato si'.
El Papa se despidió del presidente y de su mujer pidiéndole que recen por él y bendiciendo a todo el pueblo de Ruanda. Desde el genocidio las relaciones entre el país africano y la Santa Sede estaban prácticamente rotas. Este encuentro supone un importante paso adelante.