El Papa presidió una ceremonia penitencial en una basílica de San Pedro en la que, para la ocasión, había varios sacerdotes disponibles para que cualquier persona pudiera confesarse. Acompañaron al Papa tambien obispos y cardenales. ;
Despues de proclamar el Evangelio, la basílica enmudeció. Se hizo un largo silencio para llevar a cabo el examen de conciencia. ;
El Papa prefirió no pronunciar ninguna homilía. Fue directamente al confesionario para confesarse. Despues, entró en uno para confesar a siete personas, todos laicos, durante unos 50 minutos.
Mientras tanto, el coro de la capilla Sixtina entonó el impresionante Miserere compuesto por Gregorio Allegri en el siglo XVII. ;