Uno de los escritos más importantes del Papa se titula 'Amoris Laetitia' y trata sobre la familia. En uno de sus capítulos aborda cómo integrar en la vida de la Iglesia a personas divorciadas que se han vuelto a casar. Aunque muchos lo han reducido a permitir la comunión, ésta no no es la clave de su discurso.
FRANCISCO
18 de febrero de 2016
'Conozco católicos que se han vuelto a casar y que van a la Iglesia tres o cuatro veces al año, y dicen: 'yo quiero tomar la comunión', como si la comunión fuese una condecoración. Se necesita un trabajo de integración, todas las puertas están abiertas, pero no se puede decir que puedan tomar la comunión, esto sería hacerles una herida a los matrimonios, porque no los ayudará a hacer, a la pareja, este camino de integración'.
Precisamente, el cardenal Francesco Coccopalmerio ha escrito este libro sobre el capítulo de Amoris Laetitia que afronta cómo la Iglesia puede atender a personas divorciadas vueltas a casar que quieren vivir su fe.
CARD. FRANCESCO COCCOPALMERIO
Presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos
'Me dije y dije en varias conferencias: vamos a leer el texto y a intentar entenderlo y hacerlo lo más sencillo posible. El capítulo 8 es a veces complejo porque quiere decir muchas cosas, algunas difíciles y profundas. Hay que leerlo con tranquilidad, teniendo en cuenta todos los elementos para entenderlo mejor'.
En el libro propone que en cada diócesis haya un responsable que atienda a los católicos que se han divorciado y se han vuelto a casar y quieren retomar la práctica religiosa. Él escucharía su situación y les ayudaría a tomar decisiones en cada caso.
CARD. FRANCESCO COCCOPALMERIO
Presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos
'Sería oportuno que el párroco consultase a la diócesis, que haya un departamento de la diócesis encargado de esto. Igual que el que existe para los casos difíciles de Matrimonio, al que debe pedir permiso o consejo. Este mismo podría encargarse de esto: el párroco presenta la situación, el obispo da su opinión, y el sacerdote dice a los fieles lo que deben hacer en la situación en la que se encuentran'.
El cardenal dice que esta atención personal dentro de la Iglesia es útil y necesaria para que cualquier pecador pueda reconciliarse con Dios, hacer penitencia, y tal vez un día volver a los sacramentos.
CARD. FRANCESCO COCCOPALMERIO
Presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos
'Es el caso de una persona que sabe que está en una situación que no es regular, y quiere cambiar esa situación, pero no puede, quizá por razones especiales como no cometer una injusticia con otros. Pero nadie puede decir: 'Ahora, yo decido por mi cuenta retomar los sacramentos'. Tienen que someter su condición a la autoridad eclesial, que es sobre todo su párroco'.
Por esta razón, espera que el diálogo entre las parejas y los sacerdotes, junto con su breve pero detallado libro sobre 'Amoris Laetitia', pueda ayudar a todos a entender y apreciar lo que enseña la Iglesia.