Durante el ángelus de esta semana el Papa meditó sobre el Evangelio del domingo en el que Jesús invitaba a no reducir la ley de Dios a cumplir unas normas formales. Puso como ejemplo el homicidio, el adulterio y el juramento.
Recordó que obviamente insultar no es tan grave como asesinar, pero que tienen la misma raíz de maldad.
FRANCISCO
'Nos hemos acostumbrado a insultar. Es como decir 'Buenos díasâ?. Pero está en la misma línea del asesinato. Quien insulta a un hermano, asesina en su corazón al hermano. Por favor, no insultéis. No se gana nada...â?.
En cuanto al adulterio, dijo que igual que se llega al asesinato con las ofensas, las injurias y los insultos; se llega al adulterio tras alimentar la intención de poseer a una mujer.
FRANCISCO
'Quien mira a una mujer que no es la suya con ánimo de poseerla es un adúltero en su corazón, ha comenzado el camino hacia el adulterio. Reflexionemos un poco sobre esto: sobre los malos pensamientos que van en esta líneaâ?.
Francisco dijo también que jurar es instrumentalizar la autoridad de Dios para nuestros propios asuntos. Propone alimentar un clima de confianza y transparencia para que no sea necesario apelar a otro para ser creídos.
Era un domingo soleado y en la plaza había más gente de la habitual. Y como suele hacer, el Papa les despidió deseándoles que pasaran un buen domingo y que tuvieran un buen almuerzo.
JMB
CTV
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- BN
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