Sergio Da Rocha, arzobispo de Brasilia, es uno de los 13 cardenales electores creados en el último consistorio de Francisco. El cardenal dice que para él fue una auténtica sorpresa la decisión del Papa.
CARD. SERGIO DA ROCHA
Arzobispo de Brasilia (Brasil)
'Yo diría que fue una gran sorpresa de la misericordia de Dios, porque veo este gesto como el de un Papa de la bondad, que es Francisco, y al mismo tiempo, como un signo de la misericordia de Dios. Yo suelo decir que esto sólo podía suceder en el Año Santo. Y ha sucedido, he sido nombrado cardenal en el año de la misericordia'.
Su lema episcopal es 'Omnia caritate' (Todo en la caridad). Dice que resume lo que se ha propuesto ser y hacer desde que Juan Pablo II le nombró obispo en 2001.
CARD. SERGIO DA ROCHA
Arzobispo de Brasilia (Brasil)
'Siempre he tenido la gracia de trabajar con las personas que sufren más. He trabajado con los más pobres, los enfermos [...] La meta es clara: tratar de vivir para ser santos como Dios es santo y amar como Dios ama. En realidad, es esto lo que lleva a la vida'
Ya hace años, cuando fue hecho obispo, era uno de los más jóvenes de Brasil. Ahora, es también uno de los cardenales más jóvenes. Y por si fuera poco, el año pasado, fue elegido presidente de la Conferencia episcopal de su país, la más grande del mundo.
Tiene 55 años y hasta que cumpla 80 en el año 2041 podrá votar en cualquier eventual cónclave.
Cuando comenzó como obispo en Teresina y Fortaleza era famoso por su atención a los pobres y marginados. Dice que es una actitud que no debe faltar en la vida de quien decide ser sacerdote.
CARD. SERGIO DA ROCHA
Arzobispo de Brasilia (Brasil)
'Al sacerdote, por naturaleza se le asocia con la oración y la eucaristía. Pero tenemos que tener cuidado con reducir al sacerdote al altar. La fuente de su vida está en el altar, pero va más allá. Toda su vida es sacerdotal'.
Brasil cuenta con cinco cardenales electores, lo que lo convierte en uno de los países más representados en un eventual cónclave, sólo por detrás de Italia y de EEUU.