Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Rafael...las obras de estos artistas también sirven para enviar un mensaje de fe y misericordia a los turistas que acuden al Vaticano.
Pese al auge de las redes sociales, no ha disminuido el aprecio por el arte clásico y la belleza. La Hermana Emmanuela Edwards, junto a las Misionarias de la Divina Revelación, es una monja que está transformando el lenguaje del arte en lenguaje de fe.
Ella y el resto de su orden muestran la belleza de Dios a los peregrinos en Roma. Lo hacen como guías de los Museos Vaticanos. Se las conoce como las 'monjas verdes' por el color de su hábito. Dicen que el arte llega a un lugar en el que no existe la racionalidad y ahí es dónde la fe puede echar raices.
SOR EMMANUELA EDWARDS
Misioneras de la Divina Revelación
'Cuando nos encontramos delante de una gran obra de arte, ésta nos golpea en un lugar del corazón dónde no hay racionalidad' 'En ese lugar no usamos nuestra razón; por lo tanto, puede llegarnos al corazón'.
Con la llegada de las redes sociales, la forma en la que se comparten y se consumen las fotos ha cambiado notablemente. La hermana explica que una persona se expone a una media de 247 fotos al día y, por eso, cada imagen tiene más importancia para el que la ve.
SOR EMMANUELA EDWARDS
Misioneras de la Divina Revelación
'Tenemos que asegurarnos de que las imágenes que antes solían transmitir la fe son las que contienen un mensaje real y pueden calentar el corazón de esta generación, que quizá se siente algo perdidaâ?.
En el corazón de Roma, la hermana Emmanuela vive rodeada de obras de arte. Espera que cada visita dentro del museo sea 'una oportunidad para encontrarse con Dios'. Explica que por ejemplo una imagen del hijo pródigo tiene el poder de provocar emociones como la reconciliación, la aceptación y el perdón de Dios.
SOR EMMANUELA EDWARDS
Misioneras de la Divina Revelación
'Aunque la gente sea joven o mayor, el arte tiene la habilidad de hablar. Y cuanto más aprendemos su lenguaje, mejor podemos explicar el amor de Dios a personas de todas las generaciones. Y creo que ese es el reto que tenemos que superar'.
La próxima vez que vean una una obra de arte religiosa, estén atentos para que no pase desapercibido entre su belleza su mensaje de fe.