El Papa Francisco aprovecha cada año el discurso navideño para dar nuevos pasos en la reforma cultural de quienes trabajan en la Curia Vaticana. Este año ha sido muy explícito: no se trata de cambios de la estructura sino de cambiar la cultura.
FRANCISCO
'La reforma de la Curia no se realiza cambiando de personal, algo que sin duda ocurre y seguirá ocurriendo, sino con la conversión de las personas'. Sin un cambio de mentalidad, el esfuerzo funcional sería inútil'.
El Papa también habló de tres modos de oponerse a la reforma: de modo 'abierto', con buena voluntad y espíritu de diálogo; de modo 'escondido', diciendo que están de acuerdo pero sin aplicar los cambios; y un tercero, con mala voluntad.
FRANCISCO
'Este último tipo de resistencia se esconde detrás de palabras de justificación y, en muchos casos, acusaciones, refugiándose en las tradiciones, en las apariencias, en las formalidades, en lo conocido, o en el querer llevarlo todo al terreno personal, sin distinguir acto, actor y acción'.
El Papa ha expuesto doce criterios con los que está emprendiendo la reforma. Desde la 'conversión personal', hasta la 'racionalidad', pasando por la 'profesionalidad' y la 'gradualidad'.
Luego ha hecho la lista de todas las reformas estructurales que ha llevado a cabo, desde la formación del Consejo de cardenales, hasta la reforma de las instituciones de comunicación.
Al final ha saludado a todos uno a uno y les ha regalado un libro sobre cómo curar las enfermedades del alma.
El cardenal Ivan Dias lo ha agradecido así.
Aunque todos estaban atentos al saludo del cardenal Burke, que ha amenazado al Papa con una 'corrección formal', si no explica mejor algunos puntos de su carta 'Amoris Laetitia'