El Papa comenzó su cumpleaños con un grupo de invitados muy especiales. Por la mañana desayunó con 8 personas sin techo que le regalaron unos ramos de girasoles.
Luego, Francisco celebró Misa en la Capilla Paolina del Palacio Apostólico Vaticano, con todos los cardenales que residen en Roma.
FRANCISCO
'Desde hace algunos días me viene a la mente una palabra que parece fea: vejez. Asusta. Por lo menor asusta. (...) Pero cuando uno la ve como una etapa de la vida que sirve para dar alegría, sabiduría, esperanza, uno recomienza a vivirâ?.
El Papa tuvo una jornada de trabajo más o menos normal. Por la mañana se reunió con la presidenta de Malta, que le regaló una cesta con productos típicos.
Luego se reunió con la comunidad Nomadelfia, una ciudad formada por familias que acogen como hijos propios a niños abandonados. Viven como las primeras comunidades cristianas de Jerusalén, su ley es la fraternidad, no hay propiedad privada y se comparten todos los bienes.
'Ninguno de nosotros cobra por lo que hace. Cada uno pone a disposición de la comunidad sus talentos, y recibe en justicia y sobriedad lo que necesita para vivir. En la vida fraterna no circula el dinero. Cada trabajo es colaboración con Dios y con los hermanos, para producir los bienes que todos necesitenâ?.
'Todos los hijos vamos a la escuela familiar de Nomadelfia, que nació en 1968. En Nomadelfia, los padres y todo el pueblo se han comprometido con la enseñanza, para que haya continuidad educativaâ?.
FRANCISCO
'Me alegro de haberos encontrado y de haber conocido mejor vuestra experiencia de vida comunitaria. Me han impresionado vuestros testimonios y os agradezco lo que habéis dichoâ?.
También ellos llevaron varios regalos al Papa: un libro con cartas escritas por los niños, y una cesta con productos de la tierra cultivados por ellos mismos.
Aunque el Papa se emocionó con los besos y los abrazos.
'Santo Padre, hay uno que celebra hoy el cumpleañosâ?.
'Cuatro añosâ?.
'¡Cuatro años!â?
El Papa recibió una carta de felicitación y regalos de Benedicto XVI, quien también lo llamó por teléfono.
Además, le llegaron más de 70 mil correos electrónicos de todo el mundo, a través de las direcciones que el Vaticano había puesto a disposición para esta fiesta. Lo malo es que necesitaría muchos años para responderlos todos personalmente.
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