Como todos los años en el día de la Inmaculada el Papa rindió homenaje a la Virgen en la céntrica Plaza de España.
Entre los participantes también había una nutrida representación política local. La tradicional ceremonia comenzó con este Ave María.
FRANCISCO
'Necesitamos de tus manos inmaculadas para acariciar con ternura, para tocar la carne de Jesús en los hermanos pobres, enfermos, despreciados, para levantar al que se ha caído y sostener al que vacila'.
En su oración Francisco también recordó a los desempleados, a los niños abandonados y a las familias que están pasando por dificultades económicas. Después saludó a algunos de los enfermos que estaban en la plaza.
La estatua de la Virgen situada en la Plaza de España fue colocada el 8 de septiembre de 1857, tres años después de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. Pío XII comenzó la tradición de llevar flores a la Virgen en recuerdo de este momento histórico para la Iglesia.
Después de la ceremonia y antes de regresar al Vaticano el Papa se detuvo a rezar ante Santa María la Mayor.