Una visita a las habitaciones privadas del Papa en Castel Gandolfo

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08/12/2016
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Es la primera vez en la historia que pueden recorrerse estas habitaciones.

Por voluntad del Papa Francisco, han quedado abiertas al público estas estancias privadas del palacio de Castel Gandolfo.

Hace un año se abrió para turistas y curiosos la segunda planta. A partir de ahora ha quedado abierta también la tercera a la que solo podí­an acceder el propio Papa, su cí­rculo más cercano y sus visitas.

SANDRO BARBAGALLO

Museos Vaticanos

'Estas estancias son muy particulares porque son habitaciones ricas de historia, ricas de anécdotas relacionadas con los pontí­fices que han pasado por aquí­ y además con una caracterí­stica: No hay ninguna ostentación ni lujoâ?.

El lujo quizá proviene de lo que nos cuentan. Como esta habitación, sin duda la joya de la visita. Es el dormitorio de los papas cuyas paredes rezuman historia. Por ejemplo, durante la II Guerra Mundial, Pí­o XII acogió aquí­ a unos 2.000 refugiados de guerra, muchos de ellos, judí­os.

SANDRO BARBAGALLO

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'Acogió aquí­ dentro, en su apartamento privado, a las personas con una situación especial, entre ellas, todas las mujeres embarazadas en avanzado estado de gestación. En esos 9 meses en los que el Papa cobijó a estas personas nacieron en su misma cama más de 40 niños a los que se llamó Eugenio, porque Pí­o XII se llamaba Eugenio Pacelli, y que son conocidos como 'los hijos del Papaâ?.

Precisamente aquí­ falleció Pablo VI en 1978. 20 años antes murió en esta habitación también Pí­o XII. Benedicto XVI escogió este lugar para retirarse después de su renuncia.

Otra de las habitaciones nunca vistas por el gran público es la capilla contigua a la habitación presidida por un gran icono de la Virgen de Czestochova. De este lugar se conserva esta imagen para la historia, el encuentro entre Francisco y Benedicto XVI. 

También se puede visitar esta biblioteca en la que ambos papas departieron ese mismo dí­a.

No es de extrañar que con estas vistas al lago Albano se construyera este magní­fico palacio. Es la residencia de los pontí­fices desde Urbano VIII que lo erigió en 1626. Sin embargo, no todos los papas han veraneado aquí­. Al igual que Francisco, muchos otros han preferido no usarlo. 

SANDRO BARBAGALLO

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'En el caso de que cambie de idea basta quitar los cordones que delimitan el recorrido de los visitantes y después de pocas horas el Papa puede volverâ?.

Mientras tanto y por 18 euros, el visitante que quiera podrá disfrutar de estas maravillosas habitaciones hasta ahora tan exclusivas.


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