La que ha sido durante casi un año la puerta más famosa del Vaticano, la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, estaba adornada con cientos de flores para el último día del Jubileo.
El Papa rezó ante ella para dar gracias a Dios por el Jubileo, y luego, se detuvo unos instantes en silencio en el umbral.
Durante esta año la han atravesado 20 millones de personas, para pedir perdón a Dios.
El último fue Francisco, que la atravesó en silencio y luego la cerró para clausurar así el Jubileo de la Misericordia.
Después celebró una Misa en la plaza de San Pedro, ante decenas de miles de peregrinos.
Durante la homilía, el Papa recordó cómo Dios muestra su grandeza no con obras espectaculares sino con un amor que perdona a todos.
FRANCISCO
'Sería poco creer que Jesús es Rey del universo y centro de la historia, sin que se convierta en el Señor de nuestra vida. Frente a las circunstancias de la vida o ante nuestras expectativas no cumplidas, también podemos tener la tentación de tomar distancia de la realeza de Jesús, de no aceptar totalmente el escándalo de su amor humilde, que inquieta nuestro «yo», que incomodaâ?.
Francisco dijo que el Jubileo permitió a los cristianos 'volver a lo esencialâ?, es decir, imitar a Jesús. Lo hizo con una propuesta muy concreta dirigida a todos.
FRANCISCO
'Pidamos la gracia de no cerrar nunca la puerta de la reconciliación y del perdón, sino de saber ir más allá del mal y de las divergencias, abriendo cualquier posible vía de esperanza. Como Dios cree en nosotros, infinitamente más allá de nuestros méritos, también nosotros estamos llamados a infundir esperanza y a dar oportunidad a los demásâ?.
Al final de la Misa el Papa firmó una 'Carta Apostólicaâ?, un documento dirigido a todos los católicos del mundo, que simbólicamente entregó en mano a varias familias, a una pareja de novios y a dos enfermos.
JMB/MB
RR
FL
-PR
Up:MB