El siglo XVI fue un siglo de expansión: el siglo de las grandes conquistas en América, el siglo de Rafael y Miguel Ángel, y también el siglo de la Reforma. Un siglo de crecimiento que planteó nuevos desafíos, también en la Iglesia.
SILVANO GIORDANO
Historiador, Pontificia Universidad Gregoriana
'Hay un movimiento de renovación de la vida cristiana; no solo de la vida cristiana sino de todo el continente. Martín Lutero llega precisamente en ese momento. Un momento en el que la Iglesia está inmersa en el humanismo del Renacimiento'.
Un humanismo que se tradujo en una enorme confianza en las capacidades del ser humano. En el plano cristiano este nuevo momento propició una relación con Dios mucho más personal.
SILVANO GIORDANO
Historiador, Pontificia Universidad Gregoriana
'A principios de siglo XX algunos historiadores criticaron a Lutero de ser psicótico o negativo. Esta tendencia se fue atenuando a partir de los años 50, cuando, mirándolo más de cerca, se subrayó su capacidad de buscar un trato con Dios mucho más personal'.
La incoherencia de los eclesiásticos que conoció en Roma, hizo que Lutero perdiera su confianza en la Iglesia como institución. De ahí que pusiera el acento en una relación con Dios mucho más individualista.
Las 95 tesis que colgó en las puertas de la iglesia del Palacio de Wittenberg, el 31 de octubre de 1517, fueron el inicio de un pulso que provocó con la Reforma.
SILVANO GIORDANO
Historiador, Pontificia Universidad Gregoriana
'Lutero era, en cierto sentido, hijo de su tiempo cuando deja la Iglesia a un lado y pone el acento sobre la importancia del trato de cada uno con Dios. Para él la Iglesia deja de ser importante para conseguir la salvación'.
La Reforma supuso una separación pero también fue el reflejo de las dudas y problemas de su tiempo. Es una herida que tanto católicos como protestantes están tratando de curar con más empeño en las últimas décadas. El viaje del Papa a Suecia supondrá un gesto más en el largo camino que queda hacia la reconciliación.