El Papa ha reflexionado durante la audiencia general sobre la obra de misericordia de 'acoger al peregrino, al extranjeroâ?.
'La historia de la humanidad es una historia de migraciones, no existe un pueblo que no haya conocido este fenómenoâ?, explicó. 'Estas situaciones a veces se han visto unidas a graves crisis sociales, que a lo largo de los siglos se han afrontado con dos actitudes: la de cerrarse al que viene o la de acogerloâ?, añadió.
Según el Papa 'puede que levantar muros haga más ruido que la callada acción de quienes ayudan y asisten a los emigrantes y refugiados, pero cerrarse no es la solución, sólo favorece los tráficos criminalesâ?. Por eso, 'la única respuesta es la de la solidaridadâ?.
'Todos tenemos el deber de acoger al hermano que huye de la guerra, el hambre o la violencia y estamos llamados a salir al encuentro del que sufre para llevarle el abrazo y la misericordia de Diosâ?, pidió.
'Pidamos al Señor la gracia de abrirnos al hermano, acogerlo, para poder restituirle la dignidad que, en muchos casos, ha perdido por los abusos, el egoísmo, la criminalidad, así nuestra vida será fecunda y nuestras sociedades recuperarán la pazâ?.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAí?OL
'Queridos hermanos y hermanas:
Hoy reflexionamos sobre una obra de misericordia corporal, acoger al peregrino, al extranjero. La historia de la humanidad es una historia de migraciones, no existe un pueblo que no haya conocido este fenómeno. Tampoco la historia de la salvación es ajena a esta situación. Abrahán, Moisés, incluso Jesús ha dejado su tierra y se ha puesto en camino.
Estas situaciones a veces se han visto unidas a graves crisis sociales, que a lo largo de los siglos se han afrontado con dos aptitudes: la de cerrarse al que viene o la de acogerlo. Puede que levantar muros haga más ruido que la callada acción de quienes ayudan y asisten a los emigrantes y refugiados, pero cerrarse no es la solución, sólo favorece los tráficos criminales. La única respuesta es la de la solidaridad.
El compromiso de los cristianos es urgente. Todos tenemos el deber de acoger al hermano que huye de la guerra, el hambre o la violencia y estamos llamados a salir al encuentro del que sufre para llevarle el abrazo y la misericordia de Dios.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Pidamos al Señor la gracia de abrirnos al hermano, acogerlo, para poder restituirle la dignidad que, en muchos casos, ha perdido por los abusos, el egoísmo, la criminalidad, así nuestra vida será fecunda y nuestras sociedades recuperarán la paz. Dios los bendigaâ?.
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