Pocos saben que la congregación de los Jesuitas es la más numerosa que existe en la Iglesia católica. Fue fundada hace más de 480 años por San Ignacio de Loyola, y su espíritualidad sigue fascinando a miles de personas.
P. ANTONIO SPADARO
Jesuita
'Cuando conocí a jesuitas me impresionó que estaban viviendo una vida que valía la pena ser vivida. Y me impresionó la experiencia espiritual, los ejercicios espirituales. Al hacerlos me di cuenta de que esto era lo que quería hacer con mi vida'.
El sacerdote jesuita Antonio Spadaro es uno de los más activos en las redes sociales, y dirige una de las revistas intelectuales más antiguas que existen, 'La Civilta Cattolica', también iniciativa de la Compañía de Jesús.
P. ANTONIO SPADARO
Jesuita
'Es difícil describir cómo es la vida de un jesuita, porque cada una es diferente. Hay quien estudia o enseña, quien trabaja con emigrantes o con pobres, quien trabaja en una oficina o quien tiene un trabajo pastoral distinto. Lo impresionante de la Compañía de Jesús es que cada uno de nosotros hace un trabajo diferente. No hay un modelo de jesuita, sino que cada uno pone a disposición los talentos que ha recibido'.
Para comprenderlo, basta ver que además de parroquias y misiones, la Compañía de Jesús tiene 231 universidades en todo el mundo, y que su servicio de ayuda a refugiados atiende al menos a medio millón de personas en 57 países.
Antonio Spadaro asegura que lo que los jesuitas tienen en común es una experiencia espiritual muy fuerte, que es el descubrirse 'pecadores, pero salvados por el Señorâ'.
P. ANTONIO SPADARO
Jesuita
'San Ignacio no es el fundador de la Compañía de Jesús en el sentido clásico del término. Vivió una experiencia espiritual y la compartió con sus amigos, compañeros de universidad con los que compartía el dinero, la comida, las clases... Poco a poco el grupo se fue consolidando y decidieron ir a Tierra Santa a hacer apostolado'.
Cuenta la historia que como no pudieron zarpar hacia Tierra Santa, se pusieron a la completa disposición del Papa para trabajar en lo que necesitara la Iglesia.
Convirtieron la obediencia al Pontífice en un cuarto voto, que se añadió a los de pobreza, castidad y obediencia.
Desde entonces, en el ADN de los jesuitas está la versatilidad, el no tener miedo a las fronteras, y la obediencia al Papa.