El miércoles rezaron juntos las vísperas y el jueves el Papa Francisco y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, se reunieron en el Vaticano.
El encuentro privado fue cálido, cordial, incluso divertido a pesar de las limitaciones propias del idioma.
El Primado de la Iglesia Anglicana fue el primero que tomó la palabra en el encuentro que mantuvieron después con los primados de las provincias anglicanas que lo acompañaban.
JUSTIN WELBY
Arzobispo de Canterbury
'Nos sentimos bendecidos por sus enseñanzas y su ejemplo. Nos ha recordado las necesidades de los pobres. Usted ha seguido el ejemplo de Cristo a quien encuentra en el rostro de quienes sufren y están pasando por dificultades. Usted ha estado entre emigrantes, y ha puesto en marcha trabajos para combatir las esclavitudes modernas y el tráfico de personas'.
El Papa recordó que este encuentro es fruto del que se realizó hace 50 años por los predecesores de ambos. También señaló tres palabras que pueden inspirar a la hora de afrontar el camino de la unidad: oración, testimonio y misión.
FRANCISCO
'Que nunca nos cansemos de pedir al Señor juntos e insistentemente el don de la unidad. FLASH. Y para pedir la gracia de crecer en la oración, en dar testimonio y en la misión me permitan invitarlos a rezar juntos el Padre Nuestro'.
Francisco rezó junto al Primado Anglicano y a la delegación que le acompañaba el Padre Nuestro en inglés.
Después entregó al arzobispo sus tres grandes documentos magisteriales y este medallón de su pontificado, regalos que iban en la línea del simbólico intercambio de obsequios del día anterior.
También hace 50 años el Papa Pablo VI entregó su propio anillo episcopal al entonces arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey. El miércoles fue el Primado Anglicano quien entregó al Papa un regalo muy especial: su propia cruz pectoral. Un simbólico gesto muy aplaudido por Roma.