Durante su audiencia general del miércoles, el Papa recordó a los dos ladrones que murieron al lado de Jesús en la cruz. Dijo que allí uno experimentó la misericordia infinita de Cristo. Y meditó sobre ese episodio apartándose varias veces del texto que tenía preparado.
FRANCISCO
'La Iglesia no es sólo para los buenos, o para los que parecen buenos, o se creen buenos. La Iglesia es para todos. Y preferentemente es para los malos, porque la Iglesia es misericordiaâ?.
Francisco propuso el buen ladrón como modelo de cristiano que se fía de Jesús. Es un modelo porque pide ayuda a Dios y muestra cuánto quiere a sus criaturas. Por eso, el sacrificio de la cruz es para todos, no sólo los que nunca se equivocan.
FRANCISCO
'La fe de este hombre es el fruto de la gracia de Cristo: sus ojos contemplan en el Crucifijo cuánto Dios lo aprecia, y eso que era un pobre pecador. Es cierto, era un ladrón y un ladrón de verdad. Había robado toda la vida. Pero al final se arrepintió de lo que había hecho, y mirando a Jesús tan bueno y misericordioso, consiguió robarse el Cielo. Este era un buen ladrónâ?.
El Papa recordó cómo el ladrón pidió a Jesús que le llevara al Cielo. Lo consiguió y por eso es un testimonio del poder de la gracia y de la misericordia de Dios.
FRANCISCO
'El buen ladrón le llamó por su nombre, 'Jesús'. Es una breve oración que podemos repetir hoy muchas veces: 'Jesús, Jesús', así de fácil. ¿La repetimos juntos tres veces? Vamos... Jesús, Jesús, Jesús. Repetidla hoy muchas vecesâ?.
Antes de irse, el Papa recordó de nuevo a las víctimas de la guerra en Siria, y dijo a quienes están bombardeando Alepo que deberán dar a Dios de lo que están haciendo.
MB/JMB
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