Unas mil personas viajaron hasta el Vaticano desde Niza, en el Sur de Francia, para reunirse con el Papa.
Son familiares de las 86 personas que fallecieron el pasado 14 de julio durante un brutal atentado en su ciudad. Ese día, a las 11 de la noche un camión entró a toda velocidad en una zona peatonal llevándose por delante a familias enteras.
Francisco quiso reunirse con ellos y abrazarlos para compartir su dolor. Entre ellos había también muchos musulmanes, ya que un tercio de las víctimas pertenecían a esta religión.
FRANCISCO
'Rezo al Dios de la misericordia por todas las personas heridas, en algunos casos atrozmente mutiladas, tanto en el cuerpo como en el espíritu, y no olvido a quienes por ese motivo no pudieron venir y a quienes están aún en el hospitalâ?.
Al Papa le gustó que organizase el encuentro una asociación para el diálogo interreligioso, que trajo a Roma también a representantes de la comunidad judía, a musulmanes y a protestantes y ortodoxos. Les dijo que en los tiempos que corren el diálogo entre personas de fe es imprescindible para mostrar la fraternidad.
Pero sobre todo, pidió a las familias y a la sociedad que no respondan al atentado con rencor.
FRANCISCO
'Cuando se hace fuerte la tentación de encerrarse en sí mismos, o de responder al odio con el odio y a la violencia con la violencia, es necesario apostar por la conversión del corazónâ?
Su discurso fue breve y en italiano, porque el Papa no habla francés. Por eso, luego se detuvo uno a uno con los familiares y amigos de las víctimas.
Así, con gestos, supo que esta mujer perdió en el atentado a dos de sus hijos.
Esta le entregó entre lágrimas el reloj del marido o del hermano que ya no puede tener a su lado.
Y estos padres le mostraron el crucifijo que utilizaba su hijo.
Un encuentro conmovedor al que también participó el ex piloto de motociclismo Christian Estrosi, ahora presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, que le llevó 86 claveles, uno por cada víctima del atentado.
JMB
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