En su homilía del jueves en Casa Santa Marta, el Papa dijo que la Virgen María es, por su sufrimiento, la madre de toda la Creación y que nadie es huérfano gracias a ella.
FRANCISCO
'Con el corazón atravesado, acepta darnos a luz a todos nosotros en ese momento de dolor. Y, desde ese momento, Ella se vuelve nuestra Madre, desde ese momento Ella es nuestra Madre, aquella que nos cuida y no se avergí¼enza de nosotros: nos defiendeâ?.
El Papa también hablo de la crucifixión, durante la cual María nunca abandonó a Jesús. Del mismo modo, dijo Francisco, 'ella nos defiende, nos enseña, nos acompañaâ?.
EXTRACTO DE LA HOMILíA EN ESPAí?OL
'Y María oía estas cosas. Sufría humillaciones terribles. Oía también a los grandes, a algunos sacerdotes, a los que Ella respetaba, porque eran sacerdotes: â??Si eres tan hábil y capaz ¡baja! ¡Baja!. Con su Hijo, desnudo, allí. Y María tenía un sufrimiento tan grande, pero no se fue. ¡No renegó de su Hijo! Era su carneâ?.
'Eran mamás. No se avergonzaban: su carne estaba allí adentro. Estas mujeres sufrían no sólo por la vergí¼enza de esta allí â?? â??¡Pero mira a esa! ¿Qué habrá hecho su hijo? â?? Sufrían también por las humillaciones de los controles que les hacían antes de entrar. Pero eran madres e iban a ver a su propia carne. Así como María estaba allí, con su Hijo, con ese sufrimiento tan grandeâ?.
'Nosotros los cristianos tenemos una Madre: la misma de Jesús. Tenemos un Padre: el mismo de Jesús. ¡No somos huérfanos! Y Ella nos da a luz en ese momento con tanto dolor: es un verdadero martirio. Con el corazón atravesado, acepta darnos a luz a todos nosotros en ese momento de dolor. Y, desde ese momento, Ella se vuelve nuestra Madre, desde ese momento Ella es nuestra Madre, aquella que nos cuida y no se avergí¼enza de nosotros: nos defiendeâ?.
'En un mundo que podemos llamar â??huérfanoâ?? â?? concluyó el Papa â?? en este mundo que sufre la crisis de una gran orfandad, nuestra ayuda es decir: â??¡mira a tu Madre!â?? Tenemos a una Madre que nos defiende, nos enseña, nos acompaña; que no se avergí¼enza de nuestros pecados. No se avergí¼enza, porque Ella es Madre. ¡Que el Espíritu Santo, este amigo, este compañero de camino, este Paráclito abogado que el Señor nos ha enviado, nos haga comprender este misterio tan grande de la maternidad de Maríaâ?.
MB/AG
CTV
J
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