Este lunes en la homilía de la misa en Santa Marta, el Papa ha dicho que 'el diablo tiene dos armas potentísimas para destruir la Iglesia: la división y el dineroâ?.
FRANCISCO
'Yo os pido hacer todo lo posible por no destruir la Iglesia con las divisiones, ya sean ideológicas, por codicia o ambición, o por la envidia. Y sobre todo os pido rezar y proteger la fuente, la raíz de la unidad de la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo; cuyo sacrificio celebramos en la Eucaristía todos los días'.
Francisco relacionó la situación actual de la Iglesia con la Carta de San Pablo a los Corintios, a quienes el apóstol les recriminaba sus disputas.
RESUMEN DE LA HOMILíA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
'Y las divisiones en la Iglesia no dejan que el Reino de Dios crezca, no dejan que el Señor se haga ver bien, como Él es. Las divisiones hacen que se vea esta parte, esta otra parte en contra ésta y contra de¦ ¡Siempre contra! No hay aceite de la unidad, el bálsamo de la unidad. Pero el diablo va más allá, no sólo en la comunidad cristiana, va precisamente a la raíz de la unidad cristiana. Y esto es lo que sucede aquí, en la ciudad de Corinto, a los corintios. Pablo los reprende porque las divisiones llegan justamente, precisamente a la raíz de la unidad, es decir, a la celebración eucarística'.
'Yo les pido que hagan todo lo posible para no destruir a la Iglesia con las divisiones, ya sean ideológicas, que de codicia o de ambición, o de celos. Y sobre todo, recen para custodiar la fuente, la raíz propia de la unidad de la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo y del que nosotros todos los días celebramos el sacrificio en la Eucaristía.
'Esto puede decirlo Pablo hoy a todos nosotros, a la Iglesia de hoy. ¡Hermanos, en esto, no puedo alabarlos, porque se reúnen no para lo mejor, sino para lo peor!. La Iglesia reunida toda para lo peor, para las divisiones: ¡para lo peor! ¡Para ensuciar el Cuerpo de Cristo en la celebración eucarística! Y el mismo Pablo nos dice, en otro pasaje: Quien come y bebe el Cuerpo y Sangre de Cristo indignamente, come y bebe la propia condena. Pidamos al Señor la unidad de la Iglesia, que no haya divisiones. Y la unidad también en la raíz de la Iglesia, que es precisamente el sacrificio de Cristo, que cada día celebramos.