Fue quien tradujo por primera vez al albanés las oraciones de Madre Teresa de Calcuta. Porque en Albania, debido a la implacable dictadura comunista que prohibió a Dios, no sabían quién era la albanesa más universal.
VISAR ZHITI
Representante diplomático Albania ante Santa Sede
'Albania fue un desierto espiritual durante el régimen. El nombre de Madre Teresa no podía pronunciarse. Estaba prohibido. Pocas personas sabían que existíaâ?.
Visar Zhiti es el representante diplomático de Albania ante la Santa Sede. La primera vez que oyó hablar de Madre Teresa estaba en la cárcel, cumpliendo condena por haber escrito unos poemas supuestamente subversivos. Los presos creían que era mentira la historia de una monja albanesa que había ganado el premio Nobel de La Paz.
VISAR ZHITI
Representante diplomático Albania ante Santa Sede
'Cada vez que un preso nuevo llegaba le preguntábamos por lo que pasaba fuera. Uno se enteró por la televisión italiana, que también estaba prohibida, de que una monja albanesa había ganado el Nobel de la Paz. Nos lo contó y algunos creían que era mentira. Que algunos lo habían inventado para provocar al régimenâ?.
Ni siquiera ella pudo entrar en Albania cuando murieron su madre y su hermana. Hoy en día, 25 años después de la caída de la dictadura, el país ha cambiado por completo. El 4 de septiembre, Albania podrá celebrar que Madre Teresa, la albanesa más conocida del mundo, será proclamada Santa. Aunque para ellos ya lo era desde hace tiempo.
VISAR ZHITI
Representante diplomático Albania ante Santa Sede
'Estábamos asombrados por su trabajo. Para nosotros era una santa. Por eso, la canonización del 4 de septiembre la corona. Estamos muy felices porque hemos soñado con este día. Siempre ha sido una santa y ahora por fin será canonizada por el Papa Franciscoâ?.
Visar Zhiti además de traducir a Madre Teresa a su lengua materna, ha escrito libros sobre ella y ha recopilado las imágenes más tiernas de la futura Santa entre sus compatriotas, los albaneses.
Para ellos, ver a Madre Teresa como santa es algo más que ver a una albanesa en los altares. Es la confirmación de que pese a los intentos de la dictadura, nadie pudo arrancar las profundas raíces cristianas del corazón de los albaneses.
AC/YA
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