De los miles de turistas que se acercaron al Papa durante la audiencia general del miercoles, hubo uno que llamó especialmente la atención de Francisco: su versión en miniatura, esta marioneta.
Se detuvo y jugó con ella mientras observaba si se parecía a el o no.
Con una gran sonrisa, se hizo una foto con la chica que se la regaló mientras esta intentaba hacerse un hueco entre toda la gente con su palo selfie. ;
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