Ni Juan Pablo II lo consiguió, ni luego Benedicto XVI, ni tampoco ahora el mismo Papa Francisco. La Fraternidad de San Pío X, fundada por el obispo tradicionalista Marcel Lefebvre ha rechazado la propuesta del Papa que regularizaría su situación.
Los superiores de la Fraternidad acaban de responder a la propuesta Vaticana de transformarse en prelatura personal. Lo hacen con un tono arrogante que incluye insultos a Francisco.
Dicen que la Fraternidad 'no busca ante todo un reconocimiento canónico, al que tiene derecho por ser una obra católicaâ?; que su misión es la 'restauración de todas las cosas en Cristoâ? y que 'no podrá lograrse sin el apoyo de un Papa que lo favorezcaâ?. También aseguran que 'la proclamación de la doctrina católica exige denunciar los errores que han penetrado en su seno, promovidos, lamentablemente, por un gran número de pastores, incluso por el mismo Papaâ?.
Los comúnmente llamados 'lefebvrianosâ? pertenecen a un movimiento tradicionalista fundado en 1970 por una de las voces críticas más agresivas contra el Concilio Vaticano II, el arzobispo francés Marcel Lefebvre. Éste, en 1988 decidió decidió ordenar cuatro obispos a pesar de la prohibición expresa de Juan Pablo II.
Aunque se justificó apelando al 'estado de necesidad dada la crisis de la Iglesiaâ?; Juan Pablo II lo excomulgó.
En el año 2009, Benedicto XVI retiró la excomunión como gesto de buena voluntad para facilitar la reconciliación, pero como insisten en rechazar el Concilio Vaticano II y gran parte del Magisterio posterior, la situación de los líderes del grupo dentro de la Iglesia católica siguió siendo irregular.
Según los datos de 2014, la fraternidad cuenta con 589 sacerdotes presentes en 37 países, pero realiza actividades en otros 33.
A pesar de su demostrada devoción y de su delicadeza litúrgica, muchos de sus gestos muestran que de hecho están separados de Roma y que siguen pensando que son ellos y no el Papa quienes deciden qué y quién es católico y quién no lo es.
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