El momento culminante del Jubileo dedicado a los sacerdotes fue en la plaza de San Pedro. Francisco celebró esta misa en el día que la Iglesia celebra el Sagrado Corazón de Jesús.
Por eso recordó a los sacerdotes que a pesar de sus múltiples ocupaciones no deben dejar que su corazón se aparte de Dios.
FRANCISCO
'En medio de tantas actividades, permanece la pregunta: ¿En dónde se fija mi corazón, a dónde apunta, cuál es el tesoro que busca? Porque â??dice Jesúsâ?? «donde estará tu tesoro, allí está tu corazón»â?.
Francisco recomendó a los sacerdotes trabajar en varios frentes que resumió en tres palabras: buscar, incluir y alegrarse.
FRANCISCO
'El profeta Ezequiel nos recuerda que Dios mismo busca a sus ovejas. Se aventura sin titubear más allá de los lugares de pasto y fuera de las horas de trabajo... y no pide que le paguen las horas extraâ?.
El buen sacerdote, continuó explicando el Papa, no excluye a nadie y no teme ensuciarse las manos si con eso consigue que ninguna oveja de su rebaño se pierda.
FRANCISCO
'Con mirada amorosa y corazón de padre, acoge, incluye, y, cuando debe corregir, siempre es para acercar; no desprecia a nadie, sino que está dispuesto a ensuciarse las manos por todos. El buen pastor no conoce guantesâ?.
Por último el Papa explicó el tercer aspecto que debe guiar la vida de un sacerdote: la alegría. Dijo que es una alegría que nace del saber que nada es más fuerte que el amor de Dios que lo sostiene y que él mismo se encarga de transmitir a otros gratuitamente.
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