Era el 13 de abril de 1986. El entonces Papa Juan Pablo II visitaba por primera vez la Sinagoga de Roma en la que pudo abrazar al Gran Rabino de la ciudad, Elio Toaff.
Apenas 3 kilómetros separan el templo judío del Vaticano, pero la distancia sentimental que se cubrío ese domingo era mucho mayor. Era la primera vez que un Papa entraba en una sinagoga desde los tiempos de San Pedro.
30 años después, una exposición recoge en el Museo Judío de Roma, en la misma sinagoga del encuentro, los momentos más emotivos de un abrazo más importante de lo que hoy parece.
LIA TOAFF
Comisaria de la exposición
'Seguramente las nuevas generaciones no conocen este encuentro, no saben que gracias a él después ha sido posible hacer otros dos, así que naturalmente es importante que todos se den cuenta de que el diálogo empezó aquíâ?.
La muestra ha sido organizada por la nieta del Gran Rabino Toaff coincidiendo también con el primer aniversario del fallecimiento de su abuelo. Algunas de las piezas expuestas son de su proprio archivo familiar.
En la exposición se pueden encontrar fotos, recortes de prensa, esta reproducción del abrazo a carboncillo, el escrito que Juan Pablo II dedicó al rabino o este candelabro con nueve brazos con el que el líder judío correspondió al Papa.
RUTH DUREGHUELLO
Presidenta, Comunidad judía de Roma
'Aquel abrazo marcaba el momento de un gran cambio de época en unas relaciones tan importantes. Es el momento en el que las religiones se hicieron cargo de que debía construirse un nuevo camino y que no pasaba por el odio y la discriminación, sino que se fundaba en valores comunesâ?.
Dos religiones que comparten el mismo Dios y que ese día aparcaron las diferencias. Desde entonces, los siguientes papas, Benedicto XVI y Francisco han vuelto a visitar el templo judío. Un hecho ya habitual gracias al precedente que se recuerda en el Museo Judío hasta el próximo 14 de julio.
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