Homilía del Papa Francisco en la misa del Corpus Christi

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26/05/2016
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«Haced esto en memoria mí­a» (1Co 11,24.25).

El apóstol Pablo, escribiendo a la comunidad de Corinto, refiere por dos veces este mandato de Cristo en el relato de la institución de la Eucaristí­a. Es el testimonio más antiguo de las palabrasde Cristo en la í?ltima Cena.

«Haced esto». Es decir, tomad el pan, dad gracias y partidlo; tomad el cáliz, dad gracias y distribuidlo. Jesús manda repetir el gesto con el que instituyó el memorial de su Pascua, por el quenos dio su Cuerpo y su Sangre. Y este gesto ha llegado hasta nosotros: es el «hacer» la Eucaristí­a,que tiene siempre a Jesús como protagonista, pero que se realiza a través de nuestras pobres manosungidas de Espí­ritu Santo.

«Haced esto». Ya en otras ocasiones, Jesús habí­a pedido a sus discí­pulos que «hicieran» loque él tení­a claro en su espí­ritu, en obediencia a la voluntad del Padre. Lo acabamos de escuchar enel Evangelio. Ante una multitud cansada y hambrienta, Jesús dice a sus discí­pulos: «Dadlesvosotros de comer» (Lc 9,13). En realidad, Jesús es el que bendice y parte los panes, con el fin desatisfacer a todas esas personas, pero los cinco panes y los dos peces fueron aportados por losdiscí­pulos, y Jesús querí­a precisamente esto: que, en lugar de despedir a la multitud, ofrecieran lopoco que tení­an. Hay además otro gesto: los trozos de pan, partidos por las manos sagradas yvenerables del Señor, pasan a las pobres manos de los discí­pulos para que los distribuyan a la gente. También esto es «hacer» con Jesús, es «dar de comer» con él. Es evidente que este milagro no vadestinado sólo a saciar el hambre de un dí­a, sino que es un signo de lo que Cristo está dispuesto ahacer para la salvación de toda la humanidad ofreciendo su carne y su sangre (cf. Jn 6,48-58). Y, sinembargo, hay que pasar siempre a través de esos dos pequeños gestos: ofrecer los pocos panes ypeces que tenemos; recibir de manos de Jesús el pan partido y distribuirlo a todos.

Partir: esta es la otra palabra que explica el significado del «haced esto en memoria mí­a».Jesús se ha dejado «partir», se parte por nosotros. Y pide que nos demos, que nos dejemos partir porlos demás. Precisamente este «partir el pan» se ha convertido en el icono, en el signo de identidadde Cristo y de los cristianos. Recordemos Emaús: lo reconocieron «al partir el pan» (Lc 24,35).

Recordemos la primera comunidad de Jerusalén: «Perseveraban [...] en la fracción del pan» (Hch2,42). Se trata de la Eucaristí­a, que desde el comienzo ha sido el centro y la forma de la vida de laIglesia. Pero recordemos también a todos los santos y santas â??famosos o anónimosâ??, que se handejado «partir» a sí­ mismos, sus propias vidas, para «alimentar a los hermanos». Cuántas madres,cuántos papás, junto con el pan de cada dí­a, cortado en la mesa de casa, se parten el pecho para criara sus hijos, y criarlos bien. Cuántos cristianos, en cuanto ciudadanos responsables, se han desvividopara defender la dignidad de todos, especialmente de los más pobres, marginados y discriminados.¿Dónde encuentran la fuerza para hacer todo esto? Precisamente en la Eucaristí­a: en el poder delamor del Señor resucitado, que también hoy parte el pan para nosotros y repite: «Haced esto enmemoria mí­a».

Que el gesto de la procesión eucarí­stica, que dentro de poco vamos a hacer, respondatambién a este mandato de Jesús. Un gesto para hacer memoria de él; un gesto para dar de comer ala muchedumbre actual; un gesto para «partir» nuestra fe y nuestra vida como signo del amor deCristo por esta ciudad y por el mundo entero.

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