Al terminar la Misa de Pentecostés el Papa rezó el último Regina Coeli del año desde la ventana de los apartamentos pontificios.
Desde allí Francisco recordó que la vida cristiana debe tener consecuencias reales en la vida cotidiana de las personas.
FRANCISCO
'El amor por una persona, también por el Señor, se demuestra con las palabras y con los hechos. Cumplir los mandamientos se entiende de modo existencial, de forma que toda la vida se vea envuelta. De hecho, ser cristianos no significa pertenecer a una culturaâ?.
Puesto que era el día de Pentecostés el Papa también dedicó unas palabras al Espíritu Santo. Dijo que es un maestro que ayuda a interiorizar las enseñanzas de Jesús y a evangelizar.
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