En este coche viaja el Papa Francisco. Aquí le ven llegando el pasado viernes a la comunidad de discapacitados mentales 'Il Chicco' de Ciampino, a pocos kilómetros de Roma. Se trata de un centro perteneciente al Arca, un movimiento fundado por Jean Vanier y presente en 30 países.
Se trata de otra de las obras de misericordia del Papa. Francisco estuvo hora y media con las 18 personas que viven en este centro, que este año cumple 35 años atendiendo a los enfermos mentales.
El Papa saludó a todos.
'Os llamáis igual, él es Francisco'.
'Sí'.
Nadia, Salvatore, Vittorio, Paolo, Maria Grazia, Danilo. El Papa se sentó a merendar con ellos en la mesa.
Tras la merienda llegó el turno de los regalos. El Papa recibió una cruz y un portavelas de cerámica que los internos construyeron en su taller para estimular sus capacidades.
Y por si se hubiera quedado con hambre, también le obsequiaron con fruta.
'Eso son pomelos'.
'Oh, son grandes'.
Esta cuidadora le explicó que encendieron una vela en su honor, como hacen cada vez que reciben una visita.
El cariño a Francisco siguió en su visita al patio.
'Bienvenido, Francisco. Bienvenido, Francisco. Bienvenido seasâ?.
La tarde se cerró rezando todos juntos en la capilla del centro. El Papa se agarró de la mano a los internos para sentirse más unidos.
El gesto del Papa va en la línea de su lucha contra la cultura del descarte y es otro de los gestos de misericordia que realiza un viernes de cada mes durante el Año Santo.
En enero visitó una casa de ancianos y enfermos en estado vegetativo; en febrero se desplazó hasta un centro de toxicómanos; y en marzo conoció un centro de acogida de refugiados.
Uno de los momentos más importantes del año ocurrió en abril, cuando el Papa voló hasta la isla griega de Lesbos para visitar sobre el terreno a los refugiados. A 12 de ellos se los llevó en su avión a Roma.
IPC
CTV
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