Los príncipes Akishino de Japón visitaron este jueves al Papa acompañados de otros representantes del país del sol naciente, con el que el Vaticano mantiene relaciones diplomáticas desde 1942.
Fue una reunión privada de poco más de 20 minutos con el segundo en la línea de sucesión del trono japonés y su esposa, que vestía con un tradicional kimono azul.
Después llegó el turno de cambiar regalos.
'Le traigo un regalo de Japón, espero que le gusteâ?
'Es un buen gesto, lo aprecio tantoâ?
Los príncipes obsequiaron a Francisco con un gran vaso de porcelana hecho en Arita, un lugar de Japón famoso por estas piezas, y una foto enmarcada en cuero con el emblema de la familia imperial.
Francisco les correspondió con su encíclica sobre la naturaleza Laudato si'.
Los príncipes japoneses se despidieron del Papa de manera muy calurosa. Francisco tenía un mensaje para ellos.
-'Quería agradecerle especialmente una cosa: la oraciónâ?
-'Rezad por mí. Y un saludo para el emperador y la emperatrizâ?
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