Fue, sin lugar a dudas, uno de los rostros de la Iglesia católica en Estados Unidos y falleció este fin de semana a los 92 años. ;
En 1981 con sólo 200 dólares fundó su propia televisión: EWTN. Hizo las primeras transmisiones desde el garaje de su monasterio y hoy en día este canal transmite una programación de 24 horas al día en 144 países.
La simpática religiosa triunfó con un programa en el que respondía con total claridad y ternura a las preguntas que la audiencia le hacía en directo sobre Dios y la vida.
Lo que la televisión no podía mostrar es que su vida fue de todo menos fácil: A los 6 años su padre abandonó a ella y a su madre. La enfermedad marcó su juventud hasta los 20 años a causa de una curación extraordinaria. ;
A los 21 decidió entrar en un convento en secreto debido a la oposición de su madre y a los 30 casi se queda paralítica por un accidente. ;
Consiguió fundar un monasterio con el dinero que obtuvo de la venta de anzuelos hechos a mano y a pesar del exito de sus emisiones lo que más destacan las personas que la conocieron fue su profunda vida de oración. De hecho, participaba varias horas al día en la adoración eucarística. ;
Con su bondad y su frescura llevó a la televisión católica donde nunca había estado: en las televisiones de millones de personas de todo el mundo.
JRB
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