Esta pequeña placa de apenas 9 centímetros cuadrados tiene un significado mucho más grande que su tamaño. Es un recuerdo para aquellos que completan el Jubileo de la Misericordia, pero su historia se remonta a la Edad Media.
GIANCARLO ALTIERI
Biblioteca Apostólica Vaticana
'Era una medallita, una plaquita, que los canónigos de San Pedro daban a los peregrinos cuando llegaban a Roma en los siglos XI y XII. Era una prueba de que habían hecho la peregrinación a Roma. Así los peregrinos la llevaban a sus países de orígen para demostrar que habían cumplido el viajeâ?.
Se difundió en Roma durante el pontificado de Inocencio III. Así se identificaba rápidamente a los peregrinos, como ya pasaba con los que iban a las otras ciudades santas, Compostela y Jerusalen.
Mantiene los cuatro anillos que en la antigí¼edad permitian fijarla al mantel, la bolsa o el traje peculiar que distinguía a los peregrinos. La réplica de la actualidad tiene forma de pin.
Esta placa rectangular del peregrino o testimonium es de estaño y está elaborada en relieve. En su frontal aparecen los apóstoles San Pedro y San Pablo y su leyenda en latín. Pero ha tenido más imágenes.
GIANCARLO ALTIERI
Biblioteca Apostólica Vaticana
'Son placas dedicadas sobre todo a San Pedro y San Pablo, pero también estaba la cara de Jesús, que normalmente se llamaba 'la Verónica', o también la imagen de la Escalera Santa o de la Puerta Santaâ?.
En la presentación de esta placa en Roma, los responsables de la Biblioteca Apostólica Vaticana, que custodia la joya, recordaron el potente significado de la pieza.
MONS. JEAN-LOUIS BRUGUÉS
Bibliotecario Biblioteca Apostólica Vaticana
'El peregrino no era un simple viajero, sino un viandante que dejaba su propia tierra consciente de la fatiga del viaje y de los peligros que suponía. Los peregrinos viajaban a pie recorriendo 30 o 40 kilómetros diarios, atravesando incluso zonas peligrosasâ?.
La réplica de la placa actual se puede comprar ya en muchas iglesias de Roma y pronto llegará al extranjero.
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