El sábado por la mañana la iglesia de San Esteban que está dentro del Vaticano recibió una visita inesperada al ver cómo todo un pontífice dejaba a un lado su agenda para dar su último adiós a la sencilla recepcionista eritrea de Casa Santa Marta: Miriam Woldu.
Francisco se acercó hasta el feretro con un ramo de rosas blancas entre las manos y rezó por la difunta en actitud recogida durante unos 20 minutos.
A continuación despidió a algunas de las personas que estaban presentes en la iglesia antes del funeral.
La recepcionista vaticana era eritrea. Tenía 34 años y estaba embarazada de siete meses. Era diabetica y falleció en su hogar hace casi dos semanas por causas naturales.
JRB
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