Durante el íngelus de este domingo, el Papa Francisco pidió al mundo que pare las condenas de pena de muerte, al menos durante este Año de la Misericordia.
Francisco dijo que hay que buscar formas más maduras de respeto a la dignidad y recordó que hasta los criminales tienen derecho a la vida.
FRANCISCO
'Apelo a la conciencia de los gobernantes, para que se alcance un consenso internacional para abolir la pena de muerte. Y propongo a los que sean católicos que hagan un gesto valiente y ejemplar: que ninguna condena se ejecute en este Año Santo de la Misericordiaâ?.
Francisco aprovechó también para recordar su reciente viaje a México, una experiencia, explicó, que le ha transfigurado y que ha estado llena de luz. El Papa destacó como punto central de su visita su encuentro silencioso con la Virgen de Guadalupe.
FRANCISCO
'La he contemplado y me he dejado mirar por ella, que lleva impreso en sus ojos las miradas de todos sus hijos, y acoge su dolor por la violencia, los secuestros, los asesinatos, los abusos a muchas personas pobres, a muchas mujeresâ?.
Y de vuelta a la Misericordia, Francisco se dejó para el final un regalo muy simbólico para los que acudieron a escucharlo.
FRANCISCO
'He pensado regalaros a vosotros, que estáis en la plaza, una medicina espiritual llamada Misericordina. Ya lo hicimos una vez, pero esta es de mejor calidad: es la Misericordina plus. Una cajita que contiene un Rosario y la estampa de Jesús Misericordiosoâ?.
Los voluntarios del Jubileo comenzaron a repartir tan curioso regalo papal por la plaza de San Pedro, por lo que todos los peregrinos abandonaron el íngelus con una inyección extra de misericordia.
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