En su último día en México la primera parada del Papa fue en una cárcel de Ciudad Juárez, al norte del país, en la frontera con Estados Unidos. No sólo es un lugar donde la inmigración está presente. El otro gran drama de esta localidad es la violencia contra las mujeres. Se calcula que desde el 2010 hasta han desaparecido más de 2.500.
La cárcel que visitó Francisco tiene más de 3.000 presos y la acogida fue afectuosísima. Antes de entrar pudo saludar a algunos de los familiares de los reclusos.
Después entró en la capilla de la prisión, donde les entregó su regalo: un Cristo de cristal.
FRANCISCO
'El cristal es lo más frágil, se rompe enseguida, y Cristo en la Cruz es la fragilidad más grande de la humanidad. Sin embargo con esa fragilidad nos salva, nos ayuda, nos hace andar adelante, nos abrió las puertas dela esperanza. Deseo que cada uno de ustedes, con la bendición de la Virgen y contemplando la fragilidad de Cristo que se hizo pecado, se hizo muerte para salvarnos sepan sembrar semillas de esperanza y de resurrección. Dios te salve María...â?.
Después, en el exterior, escuchó el testimonio de una de las reclusas.
'Gracias por acordarse de nosotros. Por su sencillez, por su humildad. Sé que usted más que nadie nos entiende. Le pedimos, considere en sus oraciones a nuestras familias que son víctimas de agresiones a consecuencia de nuestros actos y por supuesto a las víctimas de nuestros actos, pues todos necesitamos de la presencia de Dios en nuestras vidas para que su misericordia no nos abandoneâ?.
El Papa saludó a 50 reclusas y reclusos. Uno de ellos le regaló un báculo de madera hecho por él mismo.
El Papa dedicó palabras de ánimo a los presos y pidió que en las cárceles se promueva la reinserción social.
FRANCISCO
'A veces pareciera que las cárceles se proponen incapacitar a las personas a seguir cometiendo delitos más que promover los procesos de reinserción que permitan atender los problemas sociales, psicológicos y familiares que llevaron a una persona a determinada actitudâ?.
Francisco dijo que el problema de la seguridad no se soluciona encarcelando sino promoviendo una cultura solidaria.
FRANCISCO
'En la capacidad que tenga una sociedad de incluir a sus pobres, sus enfermos o sus presos está la posibilidad de que ellos puedan sanar sus heridas y ser constructores de una buena convivenciaâ?.
En las cárceles de México hay casi un cuarto de millón de internos y en muchas de ellas las peleas son frecuentes. Hace pocos días en la cárcel de Topo Chico, en Monterrey, murieron 52 personas.
En la cárcel de esta ciudad se respiró un ambiente especial. Hasta algunos presos amenizaron con su música el encuentro. Francisco también los quiso saludar antes de marcharse a su próxima cita del día.
JRB
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