México tiene rostro joven y por tanto, tiene capacidad de renovarse y transformarse. Este ha sido el primer mensaje del Papa en México, ante el presidente del país Enrique Peña Nieto y demás autoridades.
El mandatario mexicano recibió al Papa con su mujer en el Palacio Nacional donde, tras un encuentro privado y el clásico intercambio de regalos, le mostró las zonas más emblemáticas del edificio. Por ejemplo, los murales de Diego Rivera donde narra la historia del país.
Durante su discurso de bienvenida el presidente defendió el Estado laico como garante de la libertad religiosa y, en nombre del país, le dio la bienvenida oficial.
ENRIQUE PEí?A NIETO
'No tengo duda que el paso de su Santidad dejará una huella imborrable en los mexicanos pero también estoy seguro de que México dejará una profunda huella en el corazón del Papa Francisco. Su santidad, sea bienvenido a esta tierra. México lo abraza con cariño. Bienvenidas sus palabras, sus bendiciones y su amor para México, bienvenida su luz. Muchas graciasâ?.
Por su parte Francisco señaló en su discurso tres ideas. La primera es que vino como misionero de misericordia y de paz, pero sobre todo como hijo.
FRANCISCO
'Como hijo que quiere rendir homenaje a su madre, la Virgen de Guadalupe, y dejarse mirar por ellaâ?.
La segunda idea que destacó es que la gran riqueza de México son sus jóvenes. Dijo que más de la mitad de la población está en edad juvenil y que esto permite pensar en el futuro.
FRANCISCO
'Un pueblo con juventud es un pueblo capaz de renovarse, transformarse; es una invitación a alzar con ilusión la mirada hacia el futuro y, a su vez, nos desafía positivamente en el presenteâ?.
Un presente, concluyó, que se debe construir desde ahora, con el esfuerzo de todos, instituciones y ciudadanos.
FRANCISCO
'Esto no es sólo un asunto de leyes que requieran de actualizaciones y mejoras, siempre necesarias, sino de una urgente formación de la responsabilidad personal de cada uno, con pleno respeto del otro como corresponsable en la causa común de promover el desarrollo nacionalâ?.
El final del discurso del Papa terminó con este sonoro y larguísimo aplauso.
Fue la primera vez que un Papa visitó el Palacio Nacional. En cuanto terminaron los saludos, Francisco se puso su abrigo y subió de nuevo al papamóvil para salir al encuentro de los obispos del país.
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