Cientos de personas acompañaron a las reliquias de San Leopoldo de Mandic y del Padre Pío por las calles de Roma.
El Papa escogió a estos dos santos como ejemplos de confesores durante este Jubielo de la Misericordia y pidió que sus restos estuvieran expuestos en la basílica de San Pedro.
En un clima de extraordinario recogimiento y devoción, decenas de peregrinos participaron en la procesión que hizo una primera parada en la plaza de San Pedro. ;
Allí, se proclamó el Evangelio de las Bienaventuranzas y el cardenal Angelo Comastri, vicario para la diócesis de Roma, repasó la vida de ambos santos. Recordó que vivieron plenamente las bienaventuranzas y que a traves de ellos muchas personas se encontraron con la misericordia de Dios. ;
Al caer la tarde, y de nuevo en procesión, los cuerpos de ambos santos se trasladaron a la basílica de San Pedro donde permanecerán hasta el día 11.
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