El Papa tiene un poco de gripe, y por eso nada más tomar la palabra, pidió permiso para dar su discurso sentado.
FRANCISCO
'Os pido perdón por no hablaros de pie, pero desde hace algunos días tengo gripe'.
Pero más que su gripe, por lo que parece a Francisco le preocupan las enfermedades que paralizan la curia.
FRANCISCO
'Algunas de estas enfermedades se han manifestado a lo largo de este año, causando mucho dolor a todo el cuerpo e hiriendo a tantas almas, también con el escándaloâ?.
Dijo que esas 'enfermedades' no pueden eclipsar el buen trabajo que hacen la mayoría de sus colaboradores; y que las resistencias, las dificultades y las caídas de quienes trabajan en el Vaticano son una lección para todos.
El Papa propone a la Curia Vaticana doce antibióticos eficacísimos, entre ellos la amabilidad, la ejemplaridad, la rapidez, o la humanidad.
FRANCISCO
'Cuando nos cuesta llorar de verdad o reír apasionadamente es porque ha comenzado nuestro declino y el proceso de transformación de hombres en otra cosa. La humanidad es saber mostrar ternura y familiaridad y cortesía con todos'.
El discurso de Navidad tiene un carácter programático para la Curia romana. A lo largo de estos tres años el Papa lo está utilizando para cambiar a fondo el modo de trabajar de sus colaboradores.
Está humanizando su estilo burocrático, y enseñándoles a ver personas detrás de sus decisiones. Una lección útil no sólo para quienes trabajan en el Vaticano, sino para muchos sectores de la sociedad.