El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, fue recibido con todos los honores en el Vaticano antes de reunirse con Francisco.
Al verse, intercambiaron este cordial saludo.
Durante su encuentro hablaron sobre la contribución de la Iglesia al país y también sobre el conflicto con la isla de Mindanao, abierto hace más de 40 años.
También trataron la cuestión del cambio climático e intercambiaron opiniones sobre la Cumbre de París sobre el Clima.
Después, el presidente presentó al Papa a su numerosa delegación. Muchos saludaron afectuosamente a Francisco y le pidieron que bendijera las fotos de sus familias y sus objetos religiosos.
En el tradicional intercambio de regalos, el mandatario filipino entregó al Papa una vajilla.
'Es un diseño filipinoâ?.
El Papa le regaló su exhortación apostólica Evangelii Gaudium y la encíclica Laudato Si. También le entregó un bajorrelieve con el olivo de la paz.
Tras su encuentro con el Papa, el presidente Aquino se reunió con el secretario de Estado, Pietro Parolin.
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