En su homilía en Casa Santa Marta el Papa reflexionó sobre el pasaje del Evangelio del día en el que una viuda pobre entrega lo poco que tiene como ofrenda al templo.
Francisco dijo que de esa mujer hay que aprender la esperanza que tenía puesta en Dios, y que si la Iglesia hace como ella y se pone cerca de Jesús, aleja de sí la tentación de llevar una vida 'mundanaâ?.
FRANCISCO
'Y cuando nuestra alma, nuestra vida, es más cercana a Jesús se aleja de muchas cosas mundanas, cosas que no sirven, que no ayudan y que alejan de Jesús. Así es nuestra Iglesia que busca a su Esposo, lo espera, espera ese encuentro, que llora por sus hijos, lucha por sus hijos, da todo lo que tiene porque su interés es sólo su Esposoâ?.
Francisco concluyó aconsejando a los cristianos que se pregunten si Dios es su seguridad o si la ponen en otras cosas que les alejan de Él.
EXTRACTOS DE LA HOMILíA DEL PAPA
'La Iglesia es esposa de Jesús, pero su Señor se ha ido y su único tesoro es su Señor. Y la Iglesia, cuando es fiel, deja todo en espera de su Señor. En cambio, cuando la Iglesia no es fiel o no es tan fiel o no tiene tanta fe en el amor de su Señor trata de arreglarse también con otras cosas, con otras seguridades, más del mundo que de Diosâ?.
'Está aquella sola, única, que salía de Nain, con el ataúd de su hijo: lloraba, sola. Sí, la gente tan amable, ¡pero su corazón estaba solo! La Iglesia viuda que llora cuando sus hijos mueren a la vida de Jesús. Está aquella otra que, para defender a sus hijos, va del juez inicuo: le hace la vida imposible, llamando a su puerta todos los días, diciendo â??¡hazme justicia!â??. Al final le hace justicia. Es la Iglesia viuda que reza, intercede por sus hijos. Pero el corazón de la Iglesia está siempre con su Esposo, con Jesús. Está allá arriba. También nuestra alma â?? según los padres del desierto â?? se asemeja mucho a la Iglesia. Y cuando nuestra alma, nuestra vida, está más cerca de Jesús se aleja de tantas cosas mundanas, cosas que no sirven, que no ayudan y que alejan de Jesús. Así es nuestra Iglesia que busca a su Esposo, espera a su Esposo, espera aquel encuentro, que llora por sus hijos, lucha por sus hijos, da todo lo que tiene porque su interés es sólo su Esposoâ?.
'En estos últimos días del Año Litúrgico nos hará bien interrogarnos sobre nuestra alma: si es como esta Iglesia que quiere Jesús, si nuestra alma se dirige a su esposo y dice: â??¡Ven Señor Jesús! Venâ??. Y que deja de lado todas estas cosas que no sirven, no ayudan a la fidelidadâ?.
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