Cuando el Papa Francisco se reúne con los líderes mundiales, siempre representa al país más pequeño. Pero esta vez, el otro no era mucho mayor.
Este lunes en el Vaticano, el Papa tuvo una conversación 'cordialâ? con el gobernador general de Antigua y Barbuda, Rodney Williams.
El país de las dos islas no llega a 100.000 habitantes, de los que unos 9.000 son católicos.
En una reunión de 20 minutos, hablaron sobre cómo la Iglesia católica contribuye a cambiar la vida de las islas, además de sobre inmigración y cambio climático.
Después, ambos mandatarios intercambiaron regalos. El gobernador general dio al Papa una pintura sobre una escuela infantil y él la observó atentamente.
Francisco, por su parte, le entregó al líder copias de sus cartas 'Evangelii Gaudium' y 'Laudato Si', junto a un medallón que representa la paz.
Cuando su invitado se marchaba, el Papa hizo una petición a la mujer del gobernador, aunque en un tono poco habitual.
'Reza por miâ?
'Lo haréâ?
También se lo recordó al gobernador.
'Reza por mi. No lo olvidesâ?
La visita es un nuevo paso para estrechar lazos entre ambos países. Antigua y Barbuda recientemente mandó un embajador ante la Santa Sede.
ATO/IPC
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