Durante su homilía de este lunes por la mañana en Casa Santa Marta, el Papa Francisco advirtió que el humanismo, cuando remplaza a Jesús, puede destruir la identidad cristiana. Señaló también que los cristianos no pueden 'subastar su tarjeta de identidadâ?.
PAPA FRANCISCO
'Y pidamos al Señor por la Iglesia, para que el Señor la custodie de toda forma de mundanidad. Que la Iglesia tenga siempre la identidad dispuesta por Jesucristo; que todos nosotros tengamos la identidad que hemos recibido en el bautismo, y que esta identidad de querer ser como todos, por motivos de â??normalidadâ??, no sea descartada. Que el Señor nos de la gracia de mantener y custodiar nuestra identidad cristiana contra el espíritu de la mundanidad que siempre crece, se justifica y contagiaâ?.
El Papa explicó que lo mundano es algo que llega lentamente, por lo que los cristianos deben tener cuidado de que no les alcance con el tiempo.
EXTRACTOS DE LA HOMILíA DEL PAPA
'Después el rey prescribió para todo su reino que todos formaran un solo pueblo â?? el pensamiento único; la mundanidad â?? y que cada uno abandonara sus propias usanzas. Todos los pueblos se adecuaron a las órdenes del rey; también muchos israelitas aceptaron su culto: sacrificaron a los ídolos y profanaron el sábado. La apostasía. Es decir, la mundanidad te lleva al pensamiento único y a la apostasía. No son permitidas, no nos son permitidas las diferencias: todos iguales. Y en la historia de la Iglesia, en la historia, hemos visto, pienso en un caso, en la fiesta religiosa a la que se le ha cambiado el nombre â?? la Navidad del Señor tiene otro nombre â?? para borrar la identidadâ?
'Comienza por una raíz, pequeña, y termina en la abominación de la desolación, en la persecución. Éste es el engaño de la mundanidad, y por esto Jesús pedía al Padre, en aquella cena: â??Padre, no te pido que los quites del mundo, sino que los custodies del mundoâ??, de esta mentalidad, de este humanismo, que viene a tomar el lugar del hombre verdadero, Jesucristo, que viene a quitarnos la identidad cristiana y nos conduce al pensamiento único: â??Todos hacen así, ¿por qué nosotros no?â??. Esto, de estos tiempos, nos debe hacer pensar: ¿cómo es mi identidad? ¿Es cristiana o mundana? ¿O me digo cristiano porque de niño he sido bautizado o he nacido en un país cristiano, donde todos son cristianos? La mundanidad que entra lentamente, crece, se justifica y contagia: crece como aquella raíz, se justifica â?? â??pero, hagamos como toda la gente, no somos tan diferentesâ?? â?? busca siempre una justificación, y al final contagia, y tantos males vienen de allíâ?.
'Y pidamos al Señor por la Iglesia, para que el Señor la custodie de toda forma de mundanidad. Que la Iglesia tenga siempre la identidad dispuesta por Jesucristo; que todos nosotros tengamos la identidad que hemos recibido en el bautismo, y que esta identidad de querer ser como todos, por motivos de â??normalidadâ??, no sea descartada. Que el Señor nos de la gracia de mantener y custodiar nuestra identidad cristiana contra el espíritu de la mundanidad que siempre crece, se justifica y contagiaâ?
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