El Papa Francisco se reunió con los obispos de Eslovaquia durante su visita de rigor a Roma. Fue un encuentro cordial, aunque las cuestiones que afrontaron eran serias.
En la carta que el Papa les entregó describió la migración como un fenómeno que necesita ser entendido y afrontado con sensibilidad y sentido de la justicia.
Francisco pide que la Iglesia ejerza un papel de testigo y reflexione sobre un espíritu de caridad sin desatender a la ley.
Dice que la población eslovaca debe mantener su identidad cultural y tanto ellos como los inmigrantes deben afrontar la situación con 'respeto mutuoâ?.
Los obispos regalaron al Papa una pintura en la que se podían ver varios retratos de religiosos y después de posar para una foto con la imagen, rezaron juntos.
El grupo bromeó entre risas con el Papa cuando les entregó unos pequeños detalles y así se puso punto final a la visita eslovaca.
ATO/IPC
CTV
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