Unos 500 salvadoreños han visitado hoy al Papa Francisco para darle las gracias por la beatificación del arzobispo mártir Óscar Romero, uno de los personajes más importantes del catolicismo en América Latina.
El primero que le recibió al llegar fue este pequeño que consiguió saltarse la fila.
MONS. JOSÉ LUIS ESCOBAR
Presidente, Conferencia Episcopal de El Salvador
'Somos una comisión representativa del país de El Salvador compuesta por la mayoría de los obispos de la conferencia episcopal, el señor postulador de la Causa de Monseñor Romero'.
El Papa lamentó que todavía hoy haya martirios en varias partes del mundo y recordó que Romero siguió siendo martirizado después de su asesinato porque 'fue difamado, calumniado y ensuciado incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado'.
FRANCISCO
'Pastor bueno, lleno de amor de Dios y cercano a sus hermanos que, viviendo el dinamismo de las bienaventuranzas, llegó hasta la entrega de su vida de manera violenta, mientras celebraba la Eucaristía'.
Francisco aseguró que el impacto de la entrega de Romero 'se percibe todavía en nuestros día', y recordó a otro sacerdote salvadoreño asesinado en la misma época que está en proceso de beatificación, el jesuita Rutilio Grande.
Además, pidió que El Salvador 'se convierta en un país donde todos se sientan redimidos y hermanos, sin diferencias'. Justo lo que intentó hacer monseñor Romero.