Durante la vigilia de oración que precedió al Sínodo de la Familia el Papa explicó qué esperaba de este acontecimiento.
PAPA FRANCISCO
3 de octubre, 2015
'Volvamos a Nazaret para que sea un Sínodo que, más que hablar sobre la familia, sepa aprender de ella, en la disponibilidad a reconocer siempre su dignidad, su consistencia y su valorâ?.
Es el primer Sínodo del pontificado de Francisco, pero no es el primer Sínodo que los papas deciden dedicar a la familia.
En la década de los 60, el Papa Pablo VI, quien instituyó el Sínodo, quiso celebrar uno sobre temas familiares pero falleció antes de poder realizarlo. Su sucesor, Juan Pablo I recogió su deseo pero su pontificado duró demasiado poco.
Finalmente, en 1980, Juan Pablo II lo consiguió. Las situaciones que abordaron sus participantes no eran muy distintas de las de hoy en día.
Para los obispos de países en vías de desarrollo la preocupación eran las guerras y los mecanismos de control de natalidad que fomentaban los gobiernos. En cambio, para los países desarrollados, los problemas más urgentes eran el aumento de divorcios y el cambio de rol del hombre y la mujer en la familia.
CARD. RICARDO BLíZQUEZ
Presidente, Conferencia Episcopal de España
'Hemos visto cómo desde algunos decenios hasta ahora han ido emergiendo novedades de todos los órdenes en torno al matrimonio y la familia, de modo que la forma anterior de familia que hace decenios existía está en una transformación profundaâ?.
Lo que en el Sínodo se ha constatado es que muchos de los problemas que por entonces sólo afectaban a Occidente ahora afectan a todo el mundo.
La teoría de género se ha convertido en una de las cuestiones de primera línea. En 1980 el matrimonio entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no estaba contemplado en la legislación de ningún país. Sin embargo hoy millones de personas viven en países donde está permitido.
Otro asunto al que el Sínodo actual ha tenido que prestar más atención que el anterior, es al aumento de parejas que conviven sin casarse.
PABLO GARCíA RUIZ
Investigador del proyecto 'Familes And Societiesâ?
'La incertidumbre económica, la falta de un empleo en condiciones, el difícil o casi imposible acceso a una vivienda, hace que a la gente le cueste salir del hogar paterno y siga viviendo en él hasta edad muy tardía. Pero no son solo las condiciones: es también el temor, el miedo a que el proyecto fracase, a que no se pueda realizar aquello que a uno realmente le gustaríaâ?.
Tras el Sínodo de 1980, Juan Pablo II publicó la exhortación apostólica 'Familiaris consortioâ?. Fue la guía de la Iglesia para afrontar los desafíos de la familia a finales del siglo XX.
En ella explica por qué las familias son la base de sociedad y la Iglesia. Hace hincapié en el hecho de que las familias dediquen tiempo a rezar juntos y que los padres sean los primeros responsables en la educación de sus hijos.
Por eso, cuando Francisco reciba el documento conclusivo del Sínodo, lo más probable es que escriba otra exhortación apostólica; una versión 'actualizadaâ? del documento que escribió Juan Pablo II.
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