La plaza de San Pedro acogió la vigilia de oración por el Sínodo sobre la Familia. En la ceremonia, que comenzó poco después de las cinco de la tarde, varias parejas de diferentes edades hablaron sobre su vida familiar y matrimonial.
El Papa las escuchó y después se dirigió a todos los peregrinos en la plaza. Pidió que la asamblea sinodal sepa abrazar todas las situaciones que afronta la familia hoy en día.
FRANCISCO
'Que sepa reconocer, valorizar y proponer todo lo bello, bueno y santo que hay en ella; abrazar las situaciones de vulnerabilidad que la ponen a pruebaâ?.
También recordó que, pese a estas dificultades y por muy castigada que esté la familia, su valor es incalculable.
FRANCISCO
'Cada familia es siempre una luz, por más débil que sea, en medio de la oscuridad del mundoâ?.
El domingo presidió la Misa de inicio de la asamblea sinodal. Repasó los problemas que afectan a la familia y recordó que la misión de la Iglesia es acompañarla.
FRANCISCO
'Para defender el amor fiel y animar a las numerosas familias que viven su matrimonio como un espacio en el cual se manifiestan el amor divino; para defender la sacralidad de la vida, de toda vida; para defender la unidad y la indisolubilidad del vínculo conyugal como signo de la gracia de Dios y de la capacidad del hombre de amar en serioâ?.
Explicó que la Iglesia tiene que ser caritativa con las personas y no juzgarlas o señalarlas con el dedo. Dijo que una Iglesia cerrada no cumple su misión.
FRANCISCO
'Una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente se convierte en barreraâ?.
Además recordó de nuevo que la Iglesia debe ser de ser 'un hospital de campañaâ?, con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo.
AC
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