En su último encuentro con obispos de Estados Unidos Francisco comenzó recordando una reunión que tuvo justo antes con víctimas de abusos sexuales cometidas por sacerdotes, profesores o miembros de su propia familia.
FRANCISCO
'Continúa abrumándome la vergí¼enza de que personas que tenían a su cargo el tierno cuidado de esos pequeños los violaran y les causaran graves daños. Lo lamento profundamente. Dios lloraâ?.
Francisco les dijo que estos abusos son unos crímenes y pecados que no pueden ser mantenidos en secreto y que retenía necesario transmitir a los obispos su agradecimiento a las víctimas y manifestar su firme compromiso para luchar contra este drama.
FRANCISCO
'Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuenta. Ustedes... ellos, los supervivientes de abusos se han convertido en verdaderos heraldos de esperanza y ministros de misericordia. Humildemente les debemos a cada uno de ellos y a sus familias nuestra gratitud por su inmenso valor para hacer brillar la luz de Cristo sobre el mal abuso sexual de menoresâ?.
El acto se produjo en el marco del Encuentro Mundial de las Familias. Allí Francisco denunció que la cultura del consumismo extremo somete a sociedades enteras y arruina las relaciones personales.
FRANCISCO
'La cultura actual parece estimular a las personas a entrar en la dinámica de no ligarse a nada ni a nadie. Esta conducta genera una cultura que descarta todo aquello que ya «no sirve» o «no satisface» los gustos del consumidorâ?.
Francisco señaló que la cultura de hoy ha hecho que muchas personas miren al mundo como un gran almacén, como un gran lugar destinado al consumo.
Los amigos dejan de ser personas a las que amar y se miran en función del beneficio que pueden aportar, ya sea en más followers o likes.
FRANCISCO
'Corriendo detrás de un like, corriendo detrás de aumentar el número de followers en cualquiera de las redes sociales, así van â??vamosâ?? los seres humanos en la propuesta que ofrece esta sociedad contemporánea. Una soledad con miedo al compromiso y en una búsqueda desenfrenada por sentirse reconocidoâ?.
El Papa concluyó reflexionando sobre cómo puede la Iglesia ayudar a resolver este problema. Es necesaria, dijo, una conversión pastoral para ayudar, sobre todo, a los jóvenes, porque esta cultura no les ayuda a ser audaces. Fomenta el miedo.
FRANCISCO
'El mundo hoy nos pide y reclama esta conversión pastoral. Un cristianismo que «se hace» poco en la realidad y «se explica» infinitamente en la formación está peligrosamente desproporcionado; diría que está en un verdadero y propio círculo viciosoâ?.
El Papa reconoció el miedo de muchos jóvenes al matrimonio debido a las escasas posibilidades de conseguir estabilidad económica. Pero al mismo tiempo les recomendó que no dejen pasar la vida sin arriesgar.
JRB
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