La esperada intervención del Papa Francisco en el Congreso, corazón de la vida política de los Estados Unidos, fue directa y completa.
Abordó los grandes temas de la actualidad nacional e internacional, comenzando por la acogida de refugiados e inmigrantes.
FRANCISCO
'Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes. Recordemos la regla de oro: «Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes»â?.
Con base en esta regla de oro el Papa pasó a tratar otro tema polémico: el aborto y la defensa de la familia.
FRANCISCO
'La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrolloâ?.
El Papa no eludió la espinosa cuestión de la pena de muerte y pidió su total abolición.
FRANCISCO
'Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagradaâ?.
19 de los 50 Estados del país son abolicionistas. Texas y Florida son los lugares donde más personas son ejecutadas. 39 en 2013.
La otra fuerte denuncia que Francisco pronunció desde el Congreso fue contra los traficantes de armas y sus cómplices.
FRANCISCO
'Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armasâ?.
El Papa también denunció los fundamentalismos religiosos e ideológicos y no faltaron las alusiones a su encíclica sobre el cambio climático y la pobreza, que en el país afecta a unas 46 millones de personas.
Incisivo y completo fue su discurso y en general, bien acogido. Los miembros del congreso le aplaudieron en más de 20 ocasiones.
JRB
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